Y2K
Era 31 de diciembre de 1999, todo el mundo correteaba de un lugar a otro. La gente andaba desesperada con eso del fin del milenio y lo del Y2K.
Muchas especulaciones se habían suscitado. La imaginación pasó a terreno inimaginable.
Los relojes de todo el mundo se iban a detener, el mundo que conocemos iba a llegar a su final, colapso de la economía mundial, las computadoras sufrirían un fallo informático.
Incluso, muchos se dirigieron a las iglesias, sinagogas y mezquitas en búsqueda de la redención.
En ese día, las ventas de las Centurias de Nostradamus se incrementaron. Los agoreros esperaban la llegada de un meteorito o la inminente colisión de dos mundos.
En fin, nadie escapó de aquellas aseveraciones.
Muchos vendieron en remates sus ordenadores y teléfonos móviles porque pensaban que al llegar la medianoche, la fecha de dichos equipos no iba ser primero de enero de dos mil sino primero de abril de 1980. El reloj del Times Square comenzó su cuenta regresiva, mientras la esfera bajaba y daba la bienvenida al año 2000.
La gente gritaba en vítores 12,11,10,9,8,7,6,5,4,3,2,1. ¡Feliz año nuevo!.
El año 2000 había llegado, con el inicio de un nuevo milenio y todo lo que se pensaba no ocurrió. Todo seguía su curso.

Alexander Miguel Perdomo Garcia

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